¿Quiere evitar los síntomas de la FA? Pruebe estos consejos.
Si le han diagnosticado fibrilación auricular, es posible que crea que su vida ya no será nunca más como antes. Ahora deberá vigilar los desencadenantes, estar alerta para controlar los síntomas súbitos y, en general, bajar el ritmo de actividad.
Sin embargo, hay muchas cosas que puede hacer para seguir con la vida que le gusta o, incluso, vivir de manera más feliz, saludable y gratificante que antes.
Es cierto que no es divertido vivir con palpitaciones, molestias en el pecho y ansiedad. Tampoco es fácil eliminar por completo los síntomas de la FA, pero usted puede reducir su intensidad y frecuencia introduciendo algunos cambios claros y sencillos en su estilo de vida. Si quiere tomarse su salud en serio, tenga en cuenta estas técnicas para fortalecer el sistema cardiovascular.
Consejo n.º 1: haga deporte de forma regular.
Ya lo habrá oído antes, pero debemos repetirlo tantas veces como sea necesario: si quiere mejorar su energía, fortalecer su corazón y aumentar su longevidad, el deporte debe formar parte de su vida cotidiana. Por supuesto, convivir con la FA significa no ignorar sus limitaciones, por lo que tendrá que moderar su rutina de ejercicios con la ayuda de su médico y prestar atención a las señales de su cuerpo.
El ejercicio extenuante puede empeorar el latido irregular del corazón, pero el ejercicio moderado puede proporcionarle beneficios a largo plazo, como perder peso y reducir la presión arterial, lo que puede ayudar a prevenir la insuficiencia cardíaca, uno de los principales riesgos de los pacientes con FA. Plantéese realizar una rutina que combine el ejercicio aeróbico moderado con estiramientos y actividades como el yoga. Si desea más información, no dude en consultar nuestro artículo «Hacer deporte con FA».
Consejo n.º 2: reduzca el estrés todo lo posible.
El estrés no es solo un desencadenante frecuente de la FA, sino que también afecta a la intensidad de los síntomas. El estrés psicológico, que se puede manifestar en forma de ansiedad y depresión, es la mayor causa de las consultas médicas relacionadas con la FA. Asimismo, si tiene tendencia a sufrir ansiedad o está viviendo una situación muy estresante, hasta los síntomas moderados de la FA pueden retroalimentar este círculo vicioso.
El estrés es personal e intransferible, al igual que debe serlo su programa para reducirlo. El primer paso es tomar conciencia: descubrir qué provoca el estrés, cuándo suele aparecer y por qué es tan difícil controlarlo. Más adelante, explore sus opciones. Desde técnicas innovadoras hasta sesiones de terapia individuales, existen numerosos recursos para reducir el estrés (y ningún motivo para no probarlos).
Consejo n.º 3: reduzca la ingesta de sal.
Las dietas con alto contenido de sal son habituales en Norteamérica, lo que poco a poco va haciendo mella en nuestra salud. Es cierto que la sal es necesaria para vivir, pero cuando se consume en exceso (más de 1500 mg al día), el equilibrio mineral del organismo se desestabiliza, la presión arterial aumenta y el ritmo cardíaco puede verse afectado. Una combinación peligrosa.
Un primer paso es reducir la cantidad de sodio en la dieta, lo que significa disminuir de forma drástica los congelados, la comida procesada y la comida para llevar. Preste mucha atención a las etiquetas (algunos alimentos han eliminado la cantidad de sodio) y acostúmbrese a utilizar hierbas aromáticas y especias en lugar de sal. También es posible que deba vigilar los minerales: el desequilibrio de electrólitos puede provocar FA, así que quizá haya llegado el momento de aumentar la ingesta de magnesio y potasio para contrarrestar el sodio.
Consejo n.º 4: tenga cuidado con los estimulantes, como la cafeína y el alcohol
Los estimulantes pueden hacerle sentir bien en un primer momento, pero es su corazón quien sufre las consecuencias. Si tiene tendencia a sufrir un ritmo cardíaco irregular, es probable que incluso sea más propenso a sufrir una reacción adversa a los estimulantes, como la cafeína, el alcohol y otras sustancias tóxicas.
Recuerde que los estimulantes pueden encontrarse enmascarados dentro de productos que parecen inofensivos. El café y la cola son las principales fuentes de cafeína, pero la cafeína también puede estar presente en los analgésicos y las chocolatinas. Las bebidas energéticas son las que entrañan más peligro, puesto que contienen una gran cantidad de sustancias estimulantes y, aunque estén etiquetadas como «sin cafeína», debe evitarlas por completo.
El alcohol es uno de los estimulantes más frecuentes y tiene un efecto directo en la salud del corazón. Tan solo un par de copas puede aumentar la presión arterial y el riesgo de sufrir palpitaciones, por lo que la moderación es fundamental. ¿Se pregunta qué significa “moderación” en una persona con FA? Pues esto depende de la fisiología de cada uno, por lo que le recomendamos que escuche a su cuerpo y consulte con su médico.
Consejo n.º 5: haga todo lo posible para evitar infecciones, como la gripe
Enfermar no es agradable, pero si padece FA puede resultar peligroso. La gripe, especialmente, puede representar una amenaza: síntomas como la fiebre alta pueden provocar deshidratación y los problemas respiratorios causar hipoxia, lo que afecta directamente a su sistema cardiovascular.
Sus mejores defensas contra la gripe son lavarse las manos con frecuencia y vacunarse cada año, ya que, con la vacunación, si se contagia, los síntomas serán mucho más leve. Esto puede marcar una gran diferencia porque está demostrado que estos síntomas empeoran su cardiopatía.
Ponga en práctica estos consejos y establezca una rutina.
¿Cuánto tiempo cuesta adquirir un hábito? Depende de lo que le cueste incorporarlo en su vida y de lo rápido que se acostumbre a practicarlo. Algunos estudios sugieren que, para que un nuevo comportamiento se convierta en automático, se necesitan algo más de dos meses. Esto significa que deberá concentrarse en los nuevos hábitos durante un tiempo, sobre todo cuando se trate de cambios en la actividad física y la alimentación.
Es fácil caer en los viejos patrones de conducta, en especial cuando la vida se nos complica. Puede que le sirva de ayuda incorporarse a un grupo de apoyo o participar en foros de internet donde compartir retos y consejos para mantener (o dejar) un hábito en concreto. La idea es que adoptar cambios positivos y duraderos por el bien de su salud resulte lo más sencillo posible.