Problemas respiratorios a los que prestar atención cuando se padece FA
Las palpitaciones, una frecuencia cardíaca anormalmente rápida y un aleteo en el pecho podrían ser los síntomas más frecuentes de la FA, aunque no son los únicos que nos pueden alertar de una alteración en nuestro ritmo cardíaco.
El corazón trabaja en colaboración con otros sistemas del cuerpo, incluido el aparato respiratorio. A veces, la FA afecta a la respiración. En este caso, los síntomas pueden ser leves, pero también pueden llegar a ser destacados y generar inquietud. Descubra cómo puede afectar la FA a los pulmones y lo que puede hacer para aliviar este malestar.
Cómo puede el corazón dejarle sin respiración
Los síntomas de la FA varían de una persona a otra, pero sea cual sea la forma que adopten, pueden llegar a ser importantes. Este es el caso cuando un músculo cardíaco ineficiente deja que la sangre quede atrapada en el corazón, dejándole sin respiración.
Aunque es cierto que no todas las personas con FA notan cambios en su respiración. Los problemas respiratorios suelen surgir cuando no se ha tratado la FA durante el tiempo suficiente para provocar una acumulación importante de sangre en el corazón.
Contracción auricular. La FA provoca una pérdida de la «contracción auricular», lo que tiene como resultado una pérdida del 30 % del rendimiento del corazón. Como consecuencia de ello, los órganos del cuerpo solicitan al cerebro que envíe más oxígeno y el cerebro a su vez da instrucciones a los pulmones para que trabajen más. Esto se manifiesta como una respiración más costosa y rápida, la respuesta involuntaria a los tejidos faltos de oxígeno.
Acumulación de líquidos. Un corazón que lata rápidamente no será capaz de bombear sangre correctamente, lo que puede provocar que la sangre se acumule en las venas pulmonares (responsables de transportarla hacia el corazón). Cuando la sangre no circula libremente entre los pulmones y el corazón, se puede acumular líquido en estos últimos.
Esto es un síntoma de FA en una fase muy avanzada, causando una insuficiencia cardíaca. Llegados a este punto, cuesta más respirar porque los pulmones no pueden transportar o expulsar el oxígeno fácilmente. Y sin un aporte equilibrado de oxígeno, los músculos y los órganos del cuerpo también comienzan a sentir los efectos de la fatiga.
¿La apnea del sueño empeora la situación?
Si usted padece apnea de sueño obstructiva, el riesgo de sufrir FA es de dos a cuatro veces más que la media. Hay distintos tipos de apnea del sueño (obstructiva o central) producidas por distintas deficiencias. Pero tanto si las vías respiratorias altas se colapsan durante el sueño (obstructiva), como si es el sistema nervioso central el que no controla la respiración mientras duerme (central), usted corre el riesgo de padecer una gran variedad de problemas médicos.
Cuando la apnea del sueño no se trata durante mucho tiempo, puede provocar deficiencias cognitivas y aumentar la probabilidad de desarrollar varias afecciones cardiovasculares. La relación que existe entre la apnea del sueño y la FA todavía no se comprende del todo, pero parece ser que es recíproca: no solo el riesgo de padecer FA es mayor cuando le diagnostican apnea del sueño, sino que los expertos estiman que la mitad de todos los pacientes con FA también tienen apnea del sueño.
Si padece ambos trastornos, tratar uno de ellos puede servirle para controlar el otro. La apnea del sueño precisa de tratamiento con un equipo de presión positiva continua en las vías respiratorias (PPCVR) y algunos cambios en el estilo de vida. Su médico le aconsejará es el mejor procedimiento para usted.
Ataques de ansiedad, hiperventilación y FA
Si los síntomas de la FA le provocan ansiedad, no es el único. Muchas personas se preocupan y se asustan ante una frecuencia cardíaca irregular y acaban sufriendo un ataque de pánico, con todas las molestias que ello acarrea. En algunos casos, el latido cardíaco acelerado, la tensión muscular, el aumento de adrenalina y el aturdimiento pueden desencadenar un episodio de FA.
Tanto si la ansiedad dispara la FA que padece como si es al revés, el pánico puede llegar a interferir en su respiración. Cuando comienza a respirar demasiado rápido, exhalando más aire del que inhala, su cuerpo no recibe la cantidad adecuada de oxígeno. Esto es lo que se denomina «hiperventilación», pero hay formas de ayudarle a superarla.
Respire más despacio, no más profundamente. Aunque puede parecer beneficioso, respirar profundamente puede empeorar las cosas. En vez de ello, puede compensar la duración de las inhalaciones y las exhalaciones ralentizando el reflejo de la respiración. Algunas de las técnicas para ralentizar la respiración incluyen:
- Aguantar la respiración durante 10-15 segundos
- Respirar exhalando e inhalando el aire en una bolsa de papel
- Respirar con los labios fruncidos
Usar la técnica CART. Los expertos han diseñado algunos ejercicios de respiración sencillos que pueden ayudarle a superar los ataques de pánico y la hiperventilación cuando se practican a diario. En comparación con otras terapias conductuales, como la terapia cognitiva, el entrenamiento respiratorio de capnometría asistida (CART, por sus siglas en inglés) se muestra más eficaz para modificar la fisiología de la respiración en los ataques de pánico.
Es posible que volver a aprender a respirar no cure su ansiedad ni su FA, pero puede ser una buena manera de combatir los síntomas. Y si está buscando más formas de hacerle frente, empiece a examinar cuánto estrés hay en su vida: suele ser el origen de muchas afecciones médicas y el estrés no controlado complica la gestión de cualquier situación.
Saber cuándo acudir al médico
Es importante saber enfrentarse a las molestias respiratorias cuando estamos en casa, pero también debemos saber cuándo es necesario recibir atención médica si hay falta de aliento. Si siente dolor en el pecho o una pesadez que le impide respirar por completo, no espere a que se le pase: los problemas respiratorios pueden ser motivo de urgencia, así que consulte a su médico sobre las señales de advertencia que hay que vigilar y cuándo es preciso llamar a la ambulancia.