Explicación de los problemas en el ritmo cardíaco de las personas jóvenes
Los problemas cardíacos suelen asociarse a la edad. El riesgo de padecer distintos tipos de episodios cardiovasculares, incluida la fibrilación auricular, va en incremento a medida que cumplimos años. Sin embargo, aunque el riesgo de FA o fibrilación auricular aumenta con la edad, se trata de un trastorno que podría presentarse en cualquier momento de la vida.
Aunque la mayoría de los diagnósticos de FA se producen a partir de los 60 años, cada vez hay más personas jóvenes —incluso adolescentes y personas en torno a los 20 años— que padecen este trastorno cardíaco. Esta tendencia podría relacionarse con el uso de mejores herramientas diagnósticas y de una mayor concienciación, pero sea cual sea la razón, es importante conocer los hechos y los retos asociados al diagnóstico de la FA en adultos jóvenes.
Cinco causas de la FA en personas jóvenes
El desgaste del corazón aumenta con los años, lo que puede provocar enfermedades de las arterias coronarias, hipertensión e infartos cardíacos, que son algunas de las causas más frecuentes de la FA. Sin embargo, a menudo existen distintos motivos tras la detección precoz de FA, como defectos congénitos, hábitos poco saludables y otras enfermedades.
Descubrir el origen de la FA en las personas jóvenes puede ser realmente difícil, aunque a continuación enumeramos algunas de las causas más frecuentes:
1. Estrés . El estrés es un desencadenante principal de muchas enfermedades y los expertos coinciden en que puede tener un impacto directo y grave en la FA. Es evidente que el estrés aparece de distintas maneras y en diferentes etapas de la vida. En el caso de las personas jóvenes, la combinación de alcohol, dinámicas sociales y la planificación del futuro pueden acarrear una elevada dosis de estrés.
¿Cómo conduce el estrés a la FA? La respuesta al estrés activa el corazón, que inicia rápidamente señales eléctricas y potencia síntomas de la FA en las personas propensas a padecerla. Tanto el estrés mental como el físico pueden provocar esta respuesta, y en ambos casos, es posible que requieran tratamiento conductual y medicación para paliar el problema.
2. Desequilibrio mineral. Para que el cuerpo funcione correctamente, necesita un adecuado equilibrio entre minerales, vitaminas, agua y calorías. Desafortunadamente, es relativamente sencillo que los niveles de magnesio, calcio, potasio e hidratación caigan bajo mínimos, y esa situación puede preparar el terreno para la aparición de la FA.
Es desacertado etiquetar a los jóvenes y decir que «comen mal», puesto que muchos de ellos siguen una dieta completa y equilibrada que contribuye a su salud física y mental. Sin embargo, un importante segmento de población joven se ha habituado a una dieta basada en alimentos procesados, que por lo general carece de muchos nutrientes importantes.
3. Infección. La pericarditis —una infección que puede extenderse alrededor de la membrana que envuelve el corazón—puede provocar FA, pero también pueden hacerlo otras infecciones bacterianas que no afectan directamente al corazón. Se ha descubierto que el nivel de proteína C-reactiva —un importante marcador de la inflamación— es considerablemente superior en las personas que padecen FA.
Las infecciones o enfermedades dentales también pueden ser causa de problemas. Quizá sepa que las enfermedades periodontales aumentan el riesgo de padecer alguna afección cardiovascular, aunque un estudio reciente descubrió que también existía relación entre la salud de las encías y la FA. Los expertos sugieren raspados periódicos para bajar la inflamación y reducir el riesgo de sufrir alteraciones del ritmo cardíaco.
4. Toxicomanía. Las drogas ilegales y los fármacos que se recetan con frecuencia pueden desencadenar la FA, tanto si padece un trastorno cardíaco preexistente como si no. Los estimulantes suelen ser con mayor frecuencia los culpables, como la nicotina, el alcohol y la cafeína. Los médicos también han descubierto que el uso de opioides puede alterar el ritmo cardíaco, y puesto que existe un número creciente de adolescentes y adultos jóvenes que abusan de los opioides adquiridos con receta médica, esto supone un peligro grave.
5. Morbilidades asociadas. Los defectos congénitos podrían provocar una FA que se manifieste a una edad temprana, como ocurre con otros trastornos metabólicos, como la diabetes. La hipertensión, el hipertiroidismo y la embolia pulmonar también podrían encontrarse en la base del problema. En el caso de las personas jóvenes que tengan la sospecha o sepan que tienen FA, es importante que cooperen estrechamente con su médico para llevar a cabo una exploración exhaustiva de su salud y antecedentes médicos con el objetivo de determinar la presencia de cualquier otra enfermedad que pudiera estar afectando a su salud.
Comprender la FA aislada
Cuando la FA aparece antes de los 60 años y sin padecer ninguna otra enfermedad relacionada, se conoce como «FA aislada». En algunos casos, la FA aislada se asocia con un trastorno tiroideo, infecciones víricas o el uso de excitantes, o bien se puede rastrear hasta los antecedentes familiares. Sin embargo, en muchos otros casos, simplemente no existe una explicación clara de la FA precoz.
Puede que su médico quiera descartar primero factores tales como el exceso de ejercicio y la apnea del sueño, aunque a veces estos factores no se incluyen en la evaluación inicial. A pesar del avance de las técnicas diagnósticas, se sabe muy poco acerca del origen de la FA aislada. Afortunadamente, en el caso de algunas personas, un ciclo de tratamiento puede eliminar los síntomas de la FA, aunque en otros casos los síntomas pueden reaparecer a veces de forma permanente.
Cualquier persona menor de 60 años que sufra síntomas de FA, como palpitaciones, dificultad para respirar o mareo debe acudir al médico. Puede ser tentador ignorar el malestar, en especial si es leve y no se padece ningún otro problema de salud, pero cuanto antes pueda comenzar el tratamiento de la FA, mayor probabilidad tendrá de evitar que empeore.